domingo, 25 de septiembre de 2011

Triatlón de Punta Umbría (I)

Me propongo contaros la crónica de mi tercer triatlón. El primero fue en tierras sevillanas (donde vivo), el segundo en tierras próximas a Jerez (de donde soy) y el tercero en tierras choqueras (la tierra de mi querida esposa ;)

Como todavía hace buen tiempo y nunca hay mala excusa para pasar un fin de semana en Punta Umbría nos fuimos el día antes, para aclimatar el cuerpo y descansar junto al mar. El sábado, para coger energía, comimos en un chiringuito en la playa: coquinas, chocos fritos y croquetas de chocos... ¡todo muy onubense! Y regado con un buen tinto con limón, como debe de ser en un chiringuito.

Por la tarde siestecita y paseo por la playa para ver la puesta de sol. Muy bonita pero fría, hacía un viento fresquito que hizo que el paseo no fuese tan agradable como esperamos. Y de cena pasta con tomate y sandwich vegetal... y a descansar que había que madrugar para desayunar tres horas antes de la carrera. Así que a las ocho en planta.

Qué rabia da desayunar en un bufé de hotel y no poder comer toda la grasa y la bollería que allí se acumula!!! No pude probar el bacon, ni los donuts... así que plátano, kiwi, zumo de naranja y dos tostadas con aceite y tomate. (Sí me tomé un pequeño croissant con nocilla, pero no lo cuento porque era minúsculo, jeje).

Tras desayunar me fui otra vez a la cama a descansar un ratito que todavía quedaban dos horas y media para la carrera. Así que estuve escuchando la radio un rato.Luego llevé todos los trastos a la zona de boxes y me volví al hotel a acompañar a Gema en el desayuno.

Tras tener que ir algo más rápido de lo que pretendíamos, pues el desayuno de Gema se retrasó debido al colapso del bufé, llegamos a la orilla, me despedí de mi señora y me fui corriendo a la zona de salida para ir calentando algo, ya que sólo quedaban cinco minutos para el pistoletazo. En esta ocasión me dediqué a estirar bien los gemelos, pues no quería repetir lo que me pasó en las dos ocasiones anteriores.

Saludé a un par de compañeros de club que me encontré en la orilla y les desee suerte. Sabía que ya no los vería hasta la meta pues irían delante mía todo el recorrido. Cogí un hueco y a nadar!!! o a pegar tortas, no se como definirlo mejor. Qué me cuestan los comienzos en el agua!! Creo que es el rato que peor lo paso de toda la carrera. Hasta la primera boya fui rodeado y a golpes. Tras esta, entre boya y boya iba bastante tranquilo y pude nadar muy agusto. Pero en cada boya que pasábamos (un total de cinco) volvían los encontronazos, codazos y patadas. (como imaginareis el relato hace que exagere un poco, eh! pero darse tortas se dan). Os pongo una foto de la salida para que veais lo cerca que vamos unos de otros, para aquellos que no sepais de lo que hablo.




El día estaba estupendo y el agua tranquila. Parecía una piscina, mucho mejor que hace dos semanas en Chiclana. Como la vez anterior (imagino que todos pensaremos lo mismo) creo que he debido nadar de más, pues me parece que he ido muy abierto todo el recorrido.

Cuando me acercaba a la orilla tenía miedo de poner pie a la arena y ponerme a correr, por aquello de los gemelos. Pero tras unas zancadas algo dubitativas ví que iba bien, así que esta vez sí pude ir corriendo hasta boxes a coger la bici. Y tras un grito de VAMOS PACO!!! me giré y allí estaban mi mujer y mi suegro apoyándome!!



Como siempre la transición tranquila, sin prisas, me puse los calcetines, las zaptillas de la bici, el casco, el dorsal y salí corriendo con la bici hasta la zona donde se puede uno montar. Aunque la he hecho sin prisas creo que se me ha dado mejor que en Chiclana, que estuve más lento al ponerme las zapatillas.

Y tras un par de intentos fallidos de fijar las zapatillas a los pedales me puse a pedalear, quedaban 20km por delante.

Pero a partir de aquí la historia será descrita en una entrada posterior, que ahora me voy a cenar y a descansar que mañana toca trabajar, y esta semana me voy a Pamplona a dar unas clasecitas.

Saludos!!!

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